Esa color de rosa y azucena,
y ese mirar sabroso, dulce, honesto,
y ese hermoso cuello, blanco, enhiesto,
y boca de rubís y perlas llena;
la mano alabastrina, que encadena
al que más contra amor está dispuesto,
y el más libre y tirano presupuesto
destierra de las almas y enajena;
esa rica y hermosa primavera
cuyas flores de gracias y hermosura
ofendellas no puede el tiempo airado
son ocasión que viva yo, y que muera,
y son de mi descanso y mi ventura
principio y fin, y alivio del cuidado.
(F. de Quevedo, quién si no)
1 comentario:
blas la poesia es algo de lo que nos hace falta leer y escuchar en abundancia y sin enbargo no hacemos caso
Publicar un comentario