martes, 11 de agosto de 2009

El Ave Fenix también vuela por el espacio


El otro día estaba mirando un mapa de la Vía Láctea y me llamó la atención una pequeña estrella casi a las afueras, miré el nombre: Laia, curioso nombre para una estrella, me dieron ganas de visitarla, así que me dirigí a mi nave pero cuando le programé las coordenadas el ordenador de abordo me dijo:
-No dispones de suficiente combustible para ir a ese destino
-Tía enróllate que estamos a final de mes
-Pues como no te vayas volando

¡¡Ostras!! Desde que le instalamos el Windows Vista el ordenador de la nave esta de un borde que te cagas, las aves fénix podemos volar por el espacio pero está muy lejos, así que me decido por el método de viaje más rápido y más barato, el viaje astral, total sólo quiero echar un vistazo, no necesito el cuerpo para nada.

El único problema es que para separar el cuerpo de la mente hay que concentrarse mucho y últimamente hay una rubia de ojos azules que me lo impide, intento concentrarme y veo a la rubia desnuda en la cama llamándome, bueno al final consigo concentrarme lo bastante para separar cuerpo y mente y me dirijo hacía Laia.

Cuando llego, me decepciono, no hay nada, terreno árido y barrancos, voy paseando y descubro una nave, me acerco y veo que esta estrellada, debió chocar contra un meteorito o algo así y la dejaron aquí olvidada, sigo recorriendo la superficie y descubro una bella dama.

Me acerco y veo a una muchacha bajita, con una melena castaña a media melena y el pelo recogido, sus ojos son grandes y marrones a juego con el pelo, me acerco y le pregunto:

-¿Eres de aquí?
-NO, mi nave chocó contra un cometa y fui a parar aquí.
-¿A dónde ibas?
-A Gaia

Entonces, me acuerdo que hace siglos llamaban Gaia al planeta Tierra y en algunas galaxias todavía lo llaman así

-¿de donde eres?
-Vengo de la galaxia Leo, me dirigía a Gaia a conocer a mi amado cuando mi nave se estrelló, lo llamé y me juró que vendría a buscarme, desde entonces aquí lo espero.

Recuerdo la nave, esta chica lleva años esperando así que le digo:
-Olvídate, tu amado no vendrá, ¿quieres que venga yo a recogerte con mi nave?
-NO, ¡¡¡¡¡el vendrá!!!!,¡¡¡¡¡LO JURÓ!!!!!

Veo rabia y miedo en su mirada

-¿Cómo se llama tu amado???
-Se llama Pi-el
-Pi-el, extraño nombre para un terrícola, ¿seguro que era de Gaia?
-Seguro, un vidente de mi planeta me lo enseñó en su bola de cristal y vimos que era de Gaia, pero mi nave se estrelló una noche de San Juan, lo llamé telepáticamente y me juro que vendría a buscarme.
-Bueno si lo veo ya le diré algo, peeeeeeroooo ¿Seguro que no quieres que venga yo a buscarte?
-Gracias pero no, me juró que vendría y yo lo esperare hasta que venga.

Bueno, yo lo he intentado, me voy y la dejo ahí muy a pesar mío, pero debo regresar, me pregunto que será de ella y si algún día irá su amado a buscarla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

genial el texto!
me recuerda un texto que leí :-) y de como ÉL se le quedó el nombre en su mente y cuando nació su hija le puso de nombre de Laia, bello nombre por cierto!
en las noches de san Juan ocurren cosas inexplicables a veces XD.
besos

ave fenix dijo...

Es queee, esta sacado de esa noche, como contar la historia desde el otro lado (el Laia), me pareció un modo gracioso de hacer la historia aunque hay mucho más.